Métodos para quitar el hipo

jueves, 22 de abril de 2010

Hipo, que para los griegos significaba 'caballo', para nosotros no significa algo que todos los niños deseen tener, ni mucho menos... claro que, a estas alturas, ya podemos imaginar que hipódromo no es el lugar al que se va uno cuando tiene hipo. El caso es que el hipo es siempre incómodo, desagradable y diría que hasta embarazoso, pero que nadie se preocupe porque allá donde vayas encontrarás a alguien que sabe cómo quitar el hipo. Como tengo la extraña sensación de que nadie en la historia de las recopilaciones hasta ahora se ha parado a hacer una sobre métodos para quitar el hipo, aquí va el primer manual para quitar el hipo, téngalo siempre a mano, no salgan de casa sin él y, principalmente, úsenlo sólo cuando tengan hipo.
Lo primero y más importante es conocer a fondo a nuestro enemigo.

¿Qué es el hipo?
Según los decanos de la Medicina:
El hipo es una forma de mioclonía (movimientos fugaces de excitación y relajación muscular) que entraña una serie de contracciones espasmódicas, súbitas e involuntarias de la musculatura inspiratoria, principalmente el diafragma (el músculo que separa el tórax del abdomen), seguidos de un cierre brusco de la glotis (abertura entre las cuerdas vocales que controla el flujo de aire a los pulmones), lo que origina un sonido peculiar y característico.
Se trata de un problema generalmente benigno y transitorio, culturalmente cómico, la mayoría de las veces idiopático (que no tiene causa identificable o conocida) y de fisiopatología (estudio de la relación entre las funciones del organismo y sus posibles alteraciones) no bien conocida.

Causas posibles
El hipo puede producirse cuando un estímulo activa los nervios que contraen el diafragma. Los nervios involucrados pueden ser los que entran y salen del diafragma (ya que la contracción de este músculo es responsable de cada respiración) o bien puede tratarse de los nervios que inervan el área del cerebro que controla la respiración.
A veces la ingesta de alimentos o líquidos calientes o irritantes desencadenan un episodio de hipo. Pero tranquilos, chicos, tal y como afirman los facultativos, los ataques de hipo son, por lo general, inofensivos y suelen remitir de un modo espontáneo al cabo de varios segundos o minutos.
No obstante, si la palabra hipo te parece poco cool puedes emplear un sinónimo. Singulto es una bonita forma de llamar a este acto tan humanamente natural que para los romanos significaba un castigo de Júpiter y en el medievo era para los ingleses de la Corte Real el indicio inequívoco de la mentira.
El hipar se va a acabar
Los consejos para quitar el hipo son verídicos y, matizo: no digo que sean eficientes; afirmo que he sido bendecida con ellos por parte de personas que conozco y cuyos nombres no revelaré para que conserven su integridad física.
En caso de hipo:
1. Recibir un susto (buscar a un acólito con ganas de desfogarse: no valen grititos de ratón)
2. Beber 7 tragos de agua (también existe la versión extendida: los 50 sorbitos)
3. Beber agua del lado opuesto de un vaso, es decir, al revés (ver fotografía explicativa)
4. Aguantar la respiración o taparse la nariz (tiempo a estimar por el portador)
5. Decir el abecedario (alfabeto para los helenistas) al revés
6. Meterse en la boca un terrón de azúcar mojado en vinagre
7. Cruzar los dedos índice y corazón de ambas manos antes de hipar la tercera vez
8. Preguntar al portador del hipo: ¿qué cenaste anteayer?
9. Ninguna de las anteriores es cierta
10. Respirar dentro de una bolsa de papel (inhalar y exhalar, no meterse dentro de una)
11. Darse unos golpes debajo del esternón
12. Extender las manos hacia adelante y hacer el gesto de cerrar un libro dando una sonora palmada
13. Apretar con los dedos el lóbulo de la oreja (apretar, que no acariciar… en ese caso podríamos hablar de quitar otro tipo de hipo)
14. Ponerse de pie, alzar la cabeza mirando al techo y exprimirse la mitad de un limón dentro de la boca
15. Colocarse dos cerillas, una en cada fosa nasal – precaución: sin introducirlas completamente- con la cabeza de la cerilla hacia afuera
16. Poner en la frente un papel de periódico húmedo hasta que se seque y se caiga solo
17. Ponerse un trapito mojado con agua caliente en el ombligo
18. Apretar las cuencas de los ojos (suavemente) durante 7 segundos
19. Tirarse fuertemente de la lengua hacia afuera
20. Provocarse un estornudo con pimienta, una pluma o mirando fijamente a una luz con el desfigurado gesto facial reglamentario para el estornudo (no acepten imitaciones)
Si después de estos sabios consejos aún persiste el hipo nada de suicidio: la vida es bella y el hipo no es eterno.
Si no tenías hipo probablemente ahora estés deseando tenerlo, eso o encontrar alguien con él para someter a test la vigencia de este método, aunque sólo sea para las risas.
En cambio, si tenías hipo y ha desaparecido, ya puedes ir guardando la pimienta, la pluma, el terrón de azúcar, las cerillas, el trapo, el cazillo con agua caliente, el periódico del martes, el vinagre, el vasito de agua y la bolsa de papel… ahm, y ya puedes decirle a tu colega que salga de donde está escondido antes de que se fosilice esperando para asustarte. Y recuerda: todavía no se ha demostrado que el infarto sea un eficaz medio para acabar con el susodicho hipo.

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