En el Cabo de Poca Esperanza arrié mi bandera

jueves, 19 de noviembre de 2009


El imaginario colectivo está lleno de símbolos que todos podemos identificar, palabras que evocan una imagen, una canción, un dibujo animado, un cuento. Ahora no se habla de otra cosa que de piratas, piratas y más piratas… bien, hace tiempo también se dio mucho bombo a los piratas, pero éstos otros carecían de lo que les hace fantásticos y especiales, es decir, eran piratas de top manta y no tenían tanto gancho como para ocupar más de la mitad de todos los telediarios de este maldito país.

Los piratas que más nos molan ahora son los de los barcos, sí, son adolescentes armados hasta las pestañas que van en barco y quizás imaginamos que gritan ‘¡al abordaje!’ antes de iniciar otra aventura de secuestros y demás. Como los de los cuentos, éstos también son malos malísimos y se gastan su tesoro en beber, mujeres, drogas… la vida pirata es la vida mejor, así lo dice la canción y tiene más razón que un santo.

De este modo hoy, mañana y hasta que el cuerpo aguante, sólo se hablará de piratas somalíes en el circo mediático, porque a la gente le gusta y así están entretenidos; incluso se hablará de piratas cuando no sea noticia, o sea, se hablará de lo que podría haber sido noticia y no fue: “‘el Txori Gorri’ escapa en una persecución con un barco de piratas”… sin comentarios.

Pues poco más hay que decir a este respecto aunque me parece gracioso que todo el mundo hable ahora del ‘Alakrana’ y se sepa ese bendito nombrajo y la mayoría de los que lo saben no tienen ni la más mínima idea de qué es el Tratado de Lisboa, de quiénes son sus Ministros ni de qué hacen nuestros políticos para dirigir este país; aunque visto de este modo, casi mejor así. Pan y circo, señores… y piratas (pero los de pata de palo que son más fáciles de evadir)

Cuando llega el amor... y cuando se va

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Siguiendo la estela de películas como Pequeña Miss Sunshine o Juno esta sencilla película se convierte en una pieza de colección, en una de las revelaciones de la temporada. Se trata de una cinta indie, juvenil, fresca, divertida, natural, triste, romántica y muy real.

A pesar de ser una comedia romántica revoluciona la sistemática y rompe la linealidad y los prototipos. La mejor desde Alta Fidelidad (dirigida por Stephen Frears en el 2000) No estamos ante una película convencional, no sólo por su estructura argumental (muy original, por cierto) sino porque lo que hace es contar una historia sobre el proceso del amor: cómo se conocen dos personas, cómo se aproximan, cómo se gustan, cómo se dejan de gustar y de qué manera afecta todo esto a los actores implicados en la ecuación del amor, a saber: familia, amigos propios, amigos comunes, trabajo, relaciones sociales…
Tiene un tratamiento visual muy atractivo, innovador – se nota que el director se dedicaba a los videoclips. Este es el primer largometraje de Marc Webber y es una inmejorable carta de presentación, un tipo con inventiva y originalidad, valores en alza en un mercado audiovisual un poco atascado.
La primera película genuinamente del siglo XXI, que refleja a una generación unida por las mismas películas, mismas aficiones, mismo entorno: dos hermanos jugando a la Wii mientras conversan, paseando por Ikea, universitarios alejados de su profesión, trabajo precario… En este caso es una globalización que nos acerca aún más, si cabe, y que reduce hasta las más mínimas diferencias entre generaciones de jóvenes en Estados Unidos o en España.

Se notan claramente algunas influencias, (se podría decir incluso que son homenajes) a muchas películas y directores: Amélie, Ingmar Bergman, Annie Hall, El club de la lucha, Olvídate de mí, incluso a la película de Buster Keaton El joven Sherlock Holmes. Toma lo mejor de los mejores y completa una película redonda.

Mezcla estructuras y utiliza recursos muy efectivos tanto para la comedia como para las situaciones de sentimientos más intensos, todo ello conjugado con una genial banda sonora. Efectúa elipsis de forma magistral y contrapone las sensaciones de los personajes en las mismas situaciones aunque en estadios diferentes de la propia relación.

Muestra el amor en todas sus fases: la vida con amor, con falta de amor, con pareja y con amor, con pareja y con falta de amor, sin pareja con ganas de tener pareja y con muchas ganas de dar amor. El compromiso, el sexo, los amigos. Los miedos a dejar de ser joven, la libertad; creer en el destino, en el alma gemela, en el amor para toda la vida… o no.

En definitiva, una historia de amor. Tan vieja como el propio mundo. La soledad, los amigos y el chico o la chica con la que uno se obsesiona.Pero, sin previo aviso, un día la vida cambia, porque por suerte o por desgracia siempre cambia… todo cambia y todo pasa… incluso lo malo.

La fulgurante trayectoria de una tortuga hacia las estrellas

jueves, 5 de noviembre de 2009




¿Quién podría haber imaginado no hace tanto que seis chicos de Tres Cantos y su grupo con nombre de tortuga llegaría tan lejos en sólo unos meses? Vetusta Morla cierra su gira en casa y colgando el cartel de ‘no hay billetes’. Un día en el mundo es su primer disco y desde que salió a la calle no han parado de cosechar éxitos allá por donde pasan.

Grupo revelación del año. Sus directos son auténticamente eléctricos, conectan con el público, crean una atmósfera increíble, única, mágica y transportan al espectador a ese mundo propio, quizás gracias a Pucho, su vocalista o tal vez por la calidad de todos los demás integrantes del grupo, o por el conjunto, o por las letras... en cualquier caso, la música ‘Indie’ española está de enhorabuena Vetusta Morla acaba de llegar al mundo rompiendo tabúes y todavía les queda mucha más guerra que dar.

Su primer LP lo han producido ellos mismos con un sello propio Pequeño salto mortal, una seña más de que estamos ante un grupo auténticamente ‘indie’. Independientes en estado puro, libres, dueños de sí mismos; esa misma libertad que les ha llevado a componer desde el alma y poner toda su valía directamente en las manos de los melómanos, que sin duda han sabido valorar su trabajo.

Han bebido de esta música de inspiración británica tradicionalmente en inglés, incluso por grupos españoles, y se han atrevido a cantar en español unas letras con garra y una calidad impepinable… la música española renace sin complejos con grupos jóvenes, con una nueva manera de tocar, realmente fresca y con mucho estilo.

Acaban su primera gira maratoniana este noviembre en Madrid tras muchos meses en la carretera. Lleno absoluto en cinco salas míticas de Madrid, cinco días seguidos, cinco conciertos en una ciudad, cada uno distinto al siguiente, con artistas invitados y con todas las entradas agotadas con varias semanas de antelación.

Vetusta Morla cierra un año de ensueño en su casa, en las salas donde han empezado este camino hacia las estrellas con paso firme, sin olvidar los lugares que les vieron crecer: la sala El Sol, el Café La Palma… La banda revelación se despide temporalmente, ahora les queda descansar y componer un segundo disco que ya esperan ansiosos miles de seguidores.