Democracia real

miércoles, 25 de mayo de 2011


El hecho de que las instituciones hayan sido pensadas o dominadas por la dictadura de los intereses establecidos no es un argumento contra la existencia de dichas instituciones, sino una razón para derribarlas y reemplazarlas por otras mejores.                                                                                    
por Maite Iniesta

Hoy en día, en España y en otros muchos países occidentales, vivimos en una democracia liberal elitista parapetada en:
- Un sistema de partidos altamente insatisfactorio y normalmente bipartidista; 
- Elecciones representativas cada cuatro años, que más que como depositarios del poder último de decisión nos consagra como siervos de la gleba
- Parlamentarismo enquistado en luchas intestinas, más preocupados por agotar al rival con escándalos que buscar el bien común y el Bienestar de sus ciudadanos
- y división de funciones (que no división de poderes) pues no existe una auténtica separación de poderes entre el legislativo, ejecutivo y judicial, sino que están imbricados.


Este modo democrático representativo liberal elitista está manejado por lo que se han venido a llamar 'políticos profesionales', es decir, esos a los que se les paga por decidir en nuestro nombre sin que nos hayan preguntado nuestra opinión. Un nuevo despotismo: hablan y actúan en nombre de un pueblo al que se niegan a escuchar (un gran ejemplo lo tenemos en las ruedas de prensa sin preguntas - me escuchas a mí y te callas)

Además, uno de los grandes peligros para la ya de por sí poca democracia de la que disponemos es la cada vez mayor influencia neoconservadora en la oligarquía gobernante. La actual crisis es un ejemplo soberbio de ello, pues las políticas neoliberales provocaron la mayor crisis económica de la Historia...y para salir de ella nos imponen la misma receta.

Algunos de los dogmas de esta corriente de pensamiento son:
- Autorregulación del Mercado, que tiene la solución para todos los problemas (aunque según recuerdo no fue el Mercado quien sacó del atolladero a los bancos cuando quebraron sino que fue ese anoréxico Estado que propugnan los neocon...¡qué curioso!)
- Iniciativa individual del capitalismo anarquista. Aquí el ejemplo lo tenemos en la Unión Europa que se suponía sin fronteras internas (Tratado de Schengen) aunque la realidad se ha revelado bien distinta. La actitud de Dinamarca hace unos días y la de Italia y Francia hace unas semanas ha dejado en evidencia que no hay fronteras para los capitales, pero sí para las personas)
- Minoración alarmante del Estado y del sector público. Las consecuencias de la crisis están claras: la provocan los bancos con sus irresponsables decisiones con las que tanto dinero han ganado y cuando lo pierden todo lo pagamos los ciudadanos. ¿Cuántos banqueros han salido a pedir disculpas?¿Cuántos altos cargos con responsabilidad directa en esta crisis han dimitido?¿Cuántos están en la cárcel? En contrapartida, a los mortales mileuristas les imponen más presión fiscal, menores salarios, menores prestaciones sociales y la amenaza constante del copago. Y yo pregunto, ¿quién se creen que lo paga? Como dice el mix de refranes: en perro flaco todo son pulgas y al perro que tiene dinero se le llama Señor Perro.
- Ampliación de medidas represoras. Se ha constatado en los últimos años un desarrollo desproporcionado de la literatura judicial relacionada con delitos económicos, financieros y societarios que, casualmente, se ha traducido en reformas penales. Todo ello ha provocado un aumento desproporcionado de estos delitos que hoy pueblan los artículos del Código Penal - no hay más que fijarse en los delitos de propiedad intelectual y en la controvertida Ley Sinde)

Ante esta situación proponemos una Democracia: participativa, directa, real, de compromiso ciudadano, lo que Benjamin Barber denomina Democracia Fuerte en un libro homónimo. Este tipo de democracia auténtica se caracteriza por:
- Debate democrático con deliberación conjunta de todos los ciudadanos divididos en fórums locales (la spanish revolution y sus asambleas y comisiones son un ejemplo inmejorable de consenso creativo) establecimiento de una agenda común ciudadana, escucha y empatía.
- Proceso de toma de decisiones democrático, es decir, que cuando se vaya a tomar una decisión trascendental que afecta al conjunto de los ciudadanos, estos sean consultados a través de referéndums (al modo de Islandia) Hoy en día el empleo de los referéndums podría facilitarse gracias a las nuevas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)
Sin embargo, parece evidente que los políticos actuales prefieren seguir tomando ellos las decisiones que nos incumben generalmente a todos excepto a ellos mismos (recordemos la negativa de los eurodiputados de aplicarse la política de austeridad en sus viajes de avión)
- Acción común con trabajos conjuntos, reparto de tareas, incentivo de los servicios públicos y promoción de la cooperación ciudadana.

Además, una auténtica democracia jamás debe olvidar sus principios rectores: participación, transparencia, información de calidad y pluralismo. Unos principios para los que resulta indispensable una labor profesional y ética de los medios de comunicación, que deberían ser conscientes de su responsabilidad y del enorme poder que tienen en las democracias. Dicho poder debería estar menos encaminado a conseguir beneficios empresariales y más a cumplir con la función social de vertebrar y hacer viable una democracia real.

El dilema es democracia blanda (elitista, liberal, representativa) donde somos convidados de piedra o Democracia Fuerte (participativa, directa, social) donde tenemos que responsabilizarnos de la trayectoria vital de nuestra comunidad.
En cualquier caso, incluso en una democracia representativa, cuanto más políticamente activos sean los ciudadanos, mayores serán sus posibilidades de influir en la manera en que el Estado es gobernado.

En cambio, si nos negamos a reclamar vías de mayor participación política, cederemos cotas de autogobierno.

No obstante, en este punto, como bien dice George Monbiot en su libro La Era del Consenso, "todos los que tenemos capacidad de acción nos vemos obligados a elegir. Podemos emplear esta capacidad para asegurarnos una existencia cómoda y sin peligros. Podemos, con toda racionalidad, subordinar nuestro deseo de libertad a nuestro deseo de seguridad. O podemos utilizar nuestra capacidad de acción para cambiar el mundo".

Ninguno de los grandes cambios que son necesarios ocurrirá de manera espontánea. Las instituciones existentes no pueden cambiarse a sí mismas. Su poder reside en los ordenamientos en los que tienen origen, y atacar esa injusticia equivaldría a su propia disolución. Los gobiernos no actuarán en nuestro nombre a menos que se vean forzados a hacerlo.

Depende de tu disposición a abandonar tu apego al viejo mundo y comenzar a pensar como ciudadanos del nuevo; depende del cambio de seguridad por libertad, de comodidad por lucha. Depende de tu voluntad para actuar. Bien. ¿A qué esperamos?

Spanish revolution

jueves, 19 de mayo de 2011


“El cambio social y político siempre se ha llevado a cabo en todas partes y en todas las épocas a partir de miles de acciones gratuitas y en ocasiones tan inútilmente heroicas que no guardan proporción con su eficacia. Gotas de lluvia incesante de lucha y sacrificio que termina inundando los bastiones de la opresión si los muros de incomunicación entre soledades paralelas empiezan a resquebrajarse y los espectadores se convierten en actores.”

Este párrafo corresponde al libro Comunicación y poder de Manuel Castells y creo que condensa en él todo lo que estamos viviendo en España estos días.

¿Quién le iba a decir a los políticos que se iban a encontrar con este panorama?
Ni el más revolucionario podría haber soñado con lo que está pasando ahora mismo en este país. En muchas ciudades hay réplicas de esta protesta que lleva a los ciudadanos a exclamar su indignación, su rechazo a lo que está pasando y a lo que están haciendo los partidos políticos...esos mismos que por mandato constitucional (art. 6 CE) deberían ser democráticos en su funcionamiento y no lo son.

El lunes la Cadena SER presentaba una interesante propuesta para ampliar el debate público, esta iniciativa se llama Encuentros Por y comenzó analizando la situación de la democracia. Una de las cuestiones giraba en torno a la juventud y en si está dormida, aletargada, anestesiada...

Dos días más tarde, los mismos políticos que nos desencantaban,frustraban nuestras expectativas y desanimaban, decidieron que para 'preservar el derecho a un voto responsable' se prohibía la manifestación convocada en SOL y con ello consiguieron despertarnos definitivamente. Además, decían que no existían circunstancias extraordinarias que justificaran tal manifestación... ¿qué hay más extraordinario que los que deberían representarte se dediquen a todo menos a lo que deberían?

¿Dónde está la democracia cuando mandan callar a un pueblo que se había decidido, por fin, a hablar, a escupirles las ignominias que nos están haciendo, los sufrimientos que están infligiendo a su propio pueblo como títeres de poderes extranjeros?
¿Cómo podemos permitir que sigan existiendo institutos tan claramente antidemocráticos como las listas cerradas, la disciplina de partido o la total ausencia de mecanismos que permitan exigirles el cumplimiento de sus promesas electorales?

Hubo hace un par de siglos una revolución democrática que empezó en Madrid y que se rebeló contra un poder impuesto a espaldas del pueblo, con unos mandatarios más centrados en su interés particular que en servir a sus ciudadanos... hace 3 años los políticos de turno acudieron a multitud de actos para conmemorarlo y hoy lo tienen delante de sus narices y lo prohíben.
Este detalle supone el culmen de lo que se ha venido llamando la real politik, término equivalente al de hipocresía institucionalizada.

Hoy la imagen de miles de personas manifestando pacíficamente su descontento es portada en un diario tan emblemático como el Washington Post. Hoy no queda tan lejos el París de 1968.

Mayo del 68 es conocido como el mayo francés, en aquella ocasión la utópica lucha la desbarató De Gaulle con su célebre "se acabó el recreo". Hoy los jóvenes de la Sorbona peinan canas y la vida nos ha enseñado mucho en los sucesivos mayos han ido pasando y que separan 1968 de 2011.

Esta vez no podrán con nosotros porque estamos hartos y despiertos. Estamos suficientemente preparados como para no caer en los mismos errores que antaño y también estamos lo bastante seguros como para saber que van a tener que esforzarse por contentarnos...porque sin nosotros NO son nada.

Hagamos que el mayo de 2011 sea conocido como el mayo español; un mes en el que el pueblo reclamó su posición legítima como dueño soberano de su futuro, como depositario único de la legalidad democrática, como ciudadanos de un país que nos necesita para funcionar.

#nonosmoverán #spanishrevolution #acampadasol

El futuro es ahora, hoy es el día para decir Basta. Este es el momento de recuperar el poder que nos han arrebatado.
por Maite Iniesta

Los figurantes

martes, 17 de mayo de 2011

La actual crisis económica ha puesto de manifiesto la deficiencia de los mecanismos democráticos. Las drásticas decisiones que se han adoptado, siempre a espaldas de los ciudadanos, así lo demuestran, pues hacen cargar al pueblo con los errores de unos pocos que durante mucho tiempo jugaron a ser dioses y no se acordaron de 'papá Estado' cuando sus cuentas de resultados arrojaban saldos multimillonarios.

Se repite, como viene siendo habitual, la tristemente célebre máxima empresarial: "Los beneficios son privados pero las pérdidas se socializan."

Con este panorama ya de por sí desalentador, nos encontramos ante una nueva forma de terrorismo, algo que podría calificarse como "terrorismo de cuello blanco". Este tipo de terroristas no se inmolan, sino que viajan en jet privado y leen el Financial Times. Estos individuos tratan de amedrentarnos con la amenaza constante de un rescate. Y, además, nos exigen que -para evitar el eventual rescate- apliquemos la receta que ellos imponen.

Y este fin de semana nos piden que vayamos a votar. El gran problema es que no hay nada nuevo bajo el sol: la política del "y tú más", listas llenas de ilustrísimos imputados en casos de corrupción (delitos contra la Administración, donde son candidatos a entrar o quedarse) y la sensación de que son el mismo perro con distinto collar.

Ante esta papeleta nos encontramos
los llamados a las urnas el próximo 22 de mayo, en esa 'fiesta de la democracia' que es elegir unas siglas cada cuatro años y que esos individuos, nuestros representantes supuestamente elegidos por el pueblo (si obviamos el pequeño detalle de las listas cerradas), decidan lo que les apetezca durante otros cuatro años.

Si hiciéramos una definición etimológica de la palabra DEMOCRACIA descubriríamos que es de origen griego y está compuesta por la palabra demos, que significa pueblo, y la palabra cratos, que significa poder. Según lo expuesto podemos colegir que el sistema que tenemos en este país no es una democracia, al menos no una democracia auténtica.

Pero es el escueto papel de figurantes que nos otorga esta democracia representativa española. Muchos nos planteamos si merece la pena votar (mañana es mi día límite para decidirlo porque acaba el plazo para el voto por correo) y hasta hace poco pensaba que no.
No me apetecía servir de atrezzo en esta pantomima que llamamos democracia... pero me lo he pensado mejor.

Ante la catastrófica posibilidad de que piensen que "el que calla, otorga" y como enemiga confesa del sistema partidista neocanovista actual, me veo en la obligación de emplear mi anecdótico momento de poder para votar.

Lo haré en el único momento que los guionistas de este kafkiano mundo político me permiten actuar y votando les diré que quiero democracia, pero no les quiero a ellos; que quiero un cambio y que, uniendo nuestras voces, los figurantes podemos darle la vuelta al texto que ya han escrito en su propio beneficio.

Así se acabará la jerarquización de roles entre actores principales, secundarios y de reparto, donde dos o tres sofistas profesionales se dedican a hablar en nombre de unas personas a las que se niegan a escuchar, donde nadie está dispuesto a acercar puntos de vista para tratar de mejorar.

Una vez que cambiemos el guión, esta democracia se convertirá en una obra plural, con múltiples voces, donde TODOS tendremos las mismas oportunidades escuchar y ser escuchados; un evento en el que, por fin, TODOS seremos protagonistas.

Para que este final se haga realidad es imprescindible que TODOS estemos dispuestos a decir nuestra frase en el momento oportuno y acompañar al resto mientras actúa. Una democracia real, participativa y directa exige el compromiso activo de los ciudadanos todos los días. Porque en lo que cedamos de autogobierno estaremos perdiendo libertad.

Finalizo con una frase de Benjamin Barber, extraída de su libro Democracia Fuerte,
"la democracia no se hereda, se gana cada día."

por Maite Iniesta