Si de algo me sirvieron las películas de Toy Story fue para darme cuenta de lo efímero que es el éxito, la fama, el aprecio de los demás ... de lo inexplicable de esta vida, en la que un día eres el más querido por todos y alcanzas lo más alto, la cima de la felicidad, y al día siguiente te toca dormir en el baúl donde un cualquiera te ha quitado el gorro vaquero.
Hoy pienso en este planteamiento, no porque la vida me haya dado muchas volteretas ni porque el examen de civil de esta tarde haya sido una brutal bofetada (que también) sino porque leo en periódicos digitales la confirmación de lo que ya había oído sin querer escuchar:
Raúl González Blanco quizás no acabe su carrera en el Real Madrid.
Parece que Mourinho no cuenta con él para el futuro y la idea sería traspasarlo como jugador libre al Schalke 04 con la intención de que ni siquiera se incorpore a la pretemporada del Real Madrid, un club al que ha consagrado 16 años de su vida y en el que ha contribuido de manera decisiva a que sea considerado uno de los clubes más importantes del mundo y de la historia del fútbol.
De ser cierta la noticia, el 7 blanco no cumpliría su deseo de acabar su carrera en el Real Madrid, un club del que ya es leyenda viva siendo el jugador con más partidos defendiendo su camiseta además de ser el máximo goleador del club madridista en toda su historia, superando a Di Stefano en febrero de 2009.
Pero la leyenda del Gran Capitán no se queda ahí sino que en 2008 ya se proclamó máximo goleador de las competiciones europeas y (aunque hace casi 3 años que no podemos disfrutar de Raúl en la selección española) todavía ostenta el récord de goles de 'la Roja' no superado aún ni en tantos ni en partidos disputados.
Y puestos estos datos sobre el tapete no cabe en ninguna cabeza que uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, uno de los más laureados, de los más respetados y admirados en todo el mundo pueda acabar su carrera olvidado por aquellos a los que regaló su mejor fútbol, su vida profesional, su entusiasmo, su espíritu y sus goles durante tantos años.
Desterrado, olvidado, defenestrado por motivos personales por Luis Aragonés de la selección española, parece que está condenado a sufrir el mismo destino en el Real Madrid. Al igual que otros de sus compañeros en el pasado (Hierro, Morientes, Redondo, Guti) puede que Raúl sea un grande más que se menosprecia y que abandona el club de toda la vida por la puerta de atrás.
Desde aquí quiero expresar mi opinión, aunque a nadie le importe, y quiero decir y digo que Raúl es el mejor ejemplo de deportividad, de espíritu luchador y un espejo en el que muchos, deportistas o no, deberían aspirar a mirarse.
Es una vergüenza que el Madrid no le rinda homenaje a Raúl y le despida como el grandísimo jugador que es. Muestra de la poca clase que tienen en este club es que nadie se haya planteado retirar el número 7 en honor del jugador más grande de su historia y al que todavía tardará mucho en alcanzar cualquiera de los galácticos de turno que no son capaces de mantenerse, como Raúl, en la elite de un deporte durante más de 15 años.
Raúl, siempre
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