Unos niños que se crían juntos, ambos huérfanos de madre, como hermanos. El padre de Amir, Baba, siempre les recuerda que entre las personas que se habían criado del mismo pecho existían unos lazos de hermandad que ni el tiempo podía romper.
El hecho que cambiará la vida de Amir que, a la edad de 12 años, ansioso por impresionar a su admirado padre utilizará la fidelidad sin límites de su amigo Hassan para ganar la competición anual de cometas y lo que ocurrirá después marcará las vidas de ambos niños. Sobre Amir pesará a lo largo de su vida un pasado de pecados no expiados y Hassan vivirá una traición de parte de su amado Amir que le partirá el corazón.
Este libro, además, cuenta la vida después de la invasión soviética de 1975, la odisea del exilio de Amir y su padre a los EEUU y la dureza de la vida lejos de la patria: la soledad y la nostalgia que sienten muchas personas al abandonar su país.
Recoge momentos duros y sangrientos, pero se trata de una violencia medida, con la contrapartida de una dosis justa de ternura. En algunas ocasiones se puede respirar una violencia más sutil, la de la culpabilidad. Al mismo tiempo hay páginas impregnadas de nobleza y humanidad. El primer libro de Khaled Hosseini va creciendo en intensidad, no hay nada superfluo. Mantiene en todo momento un ritmo sostenido que nos va conmoviendo.
Un libro que nos ayuda a comprender mejor los sufrimientos y los sentimientos del pueblo afgano y la mezquindad humana en un forcejeo con los sentimientos. Y cómo Amir, muchos años después, consigue su redención.
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