Obama declara la guerra a lo nuclear

miércoles, 14 de abril de 2010

En este año 2010 se celebra el 40 aniversario del Tratado de No Proliferación (TNP) y estamos viviendo el renacimiento del tema nuclear en toda su extensión, tanto en lo referente a las armas como en lo que concierne a la energía nuclear.
por Maite Iniesta

Barack Obama, Presidente de EEUU, comenzó la revisión del problema nuclear en abril del año pasado en Praga con un discurso que dio un giro copernicano a la actitud de su Estado con respecto a esta cuestión. Allí Obama afirmó que su país, como única potencia que ha usado la bomba atómica, tiene la responsabilidad moral de liderar este proceso de búsqueda de la paz en un mundo sin armas nucleares.

Además, Obama mencionó en la República Checa el compromiso de su Admón. de conseguir la ratificación por parte del Senado de los EEUU del Tratado de Prohibición Total de los Ensayos Nucleares (CTBT), algo que ya se intentó sin éxito en 1999. En palabras de Obama: “mi Administración buscará inmediatamente y agresivamente la ratificación de los Estados Unidos del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos. Después de cinco décadas de conversaciones, es tiempo de que los ensayos nucleares sean finalmente prohibidos.” Este Tratado sigue, tras 14 años de espera, sin entrar en vigor, no sólo por la negativa de EEUU sino también por la de otros 8 estados.

Retomando el análisis de ese giro copernicano de EEUU en materia nuclear, cabe reseñar el apoyo que está otorgando a los organismos internacionales, tanto a la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) como al Consejo de Seguridad de la ONU. En todo caso, lo más destacado es la insistente llamada a la diplomacia y a la búsqueda de acuerdos multilaterales en pos de un consenso, que se hace necesario más que nunca en este mundo globalizado, para frenar amenazas que ya no afectan a ningún país de forma aislada, sino a todos en conjunto y es responsabilidad de todos cooperar y encontrar soluciones.

La apertura de Obama al sistema de gobernanza global ha supuesto un importante cambio de signo en la política exterior norteamericana, que vivió unos años de aislamiento en la comunidad internacional debido a las ‘escapadas’ unilaterales del anterior Presidente, el afortunadamente pretérito, George W. Bush.

Con la nueva actitud adoptada por el Presidente de EEUU se está más cerca de progresar hacia nuevos acuerdos. La predisposición a negociar de la mayor superpotencia mundial presiona a los demás países para acercar posturas y llegar a declaraciones conjuntas y pactos con objetivos realistas, factibles y satisfactorios para todos.

En esta línea, la Admón. de Obama ha reducido el rol de las armas nucleares en sus políticas de defensa (Revisión de la Postura Nuclear) y también ha llevado a cabo la renovación de un importante acuerdo bilateral con Rusia para la reducción de sus respectivos arsenales, el START (STrategic Arms Reduction Treaty), que expiró en diciembre de 2009.

Por otro lado, en su compromiso con esta causa, presidió una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU el pasado septiembre (con la Resolución 1887 como resultado) y ha contribuido a lo largo de este tiempo a que las actitudes de otros países sean más favorables de cara a la Conferencia de Revisión del TNP (prevista para mayo) y de este modo lograr un fortalecimiento de la confianza internacional en este Tratado y, qué duda cabe, avanzar en un tema tan delicado para la seguridad global.

Como último dato destacar que en Washington acaba de tener lugar una Cumbre de Seguridad Nuclear que reúne a líderes de 47 países y supone el mayor evento celebrado jamás por un Presidente de EEUU. El objetivo es detener la producción de materiales fisibles y controlar su circulación para evitar que caigan en manos peligrosas y eliminar así el riesgo de un ataque nuclear.

Esta Cumbre se inscribe en la necesidad, ya suscitada en 1993 desde la Asamblea General de la ONU, de poner fin a la producción de estos materiales, detener su tráfico ilegal y dotar a los Estados de las medidas de seguridad necesarias para su conservación, su destrucción o su uso (en el caso de la energía nuclear civil) Esta iniciativa se vino a denominar Tratado para la Prohibición de Material Fisible para armas nucleares (FMCT, en sus siglas inglesas) pero no se materializó en nada concreto. Hoy la Admón. Obama revive el proyecto con fuerzas renovadas.

Somos testigos de cómo el liderazgo de Obama está apuntalando un régimen abocado al olvido, con la esperanza de que logre llevar a buen puerto su ingente tarea de la mano de la comunidad internacional.

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