Tras sólo 10 meses de mandato, Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, logra el premio Nobel de la Paz de 2009.
Puede que parezca una decisión precipitada y que muchos piensen que Obama todavía se está acordando de aquella película de Almodóvar ('¿Qué he hecho yo para merecer esto?') No obstante, los motivos que ofrece la Institución encargada de otorgar semejante galardón son irrefutables. Se podrían resumir en los siguientes:
- "Por estimular el desarme nuclear, por sus extraordinarios esfuerzos por reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos"
- "Ha creado un clima nuevo para la política internacional. Gracias a sus esfuerzos, la diplomacia multilateral ha recuperado su posición central y ha devuelto a la ONU y otras instituciones internacionales su papel protagonista"
-"La visión de un mundo sin armas nucleares, estimulando el desarme y las negociaciones para el control del armamento"
- "Gracias a su iniciativa, EEUU está desempeñando un papel más constructivo para hacer frente a los retos del cambio climático"
Eso podría ir unido a muchas más labores que ha ido desempeñando a lo largo de su carrera política no sólo como Presidente sino a lo largo de toda su trayectoria porque, recordemos, este premio no se lo otorgan por ser Presidente, sino por ser un defensor remarcable y acérrimo de la paz.
Este Nobel de la Paz a Obama es un premio, un reconocimiento e incluso un apoyo de prestigio a una visión del mundo a través de la óptica de la esperanza puesta en mundo mejor, más justo, al alcance de la mano si a esa búsqueda y ese sueño acompaña nuestro esfuerzo, el de todos.
Es, sin duda, toda una muestra del apoyo que -alrededor del mundo y a través de todos los estatus sociales- recibe un hombre que prometió luchar por aquello que, hace muchos años, otros lucharon y no encontraron sino el fracaso, la muerte o el olvido de los poderosos.
Desde noviembre, con las prerrogativas propias del líder del país más poderoso del mundo, Obama no se ha olvidado de sus ideales y lucha, con todos los medios disponibles, para convertir ese sueño de Martin Luther King y de tantos otros en realidad.
Porque no ha subastado su ideología por el apoyo de unos pocos poderosos ni se ha dejado adormilar por los que quieren quedarse cómodamente sentados en su posición actual, porque siga haciendo lo que ya ha comenzado a hacer y porque sirva de ejemplo para muchos en el futuro:
Congratulations!
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